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sábado, 11 de enero de 2020

“Vargas, Bogert & Appice featuring Paul Shortino”

Vargas, Bogert & Appice featuring Paul Shortino



Bogert y Appice han trabajado juntos desde tiempos inmemoriales, en Cactus, en Vanilla Fudge, junto a Jeff Beck en el trío Beck, Bogert & Appice, y posteriormente junto a Rick Derringer, colega del alma de los bluesmen albinos Edgar y Johnny Winter.

Paul Shortino no necesita presentación, sus profundas cuerdas vocales han lucido al servicio del grupo heavy americano Rough Cutt, los Quiet Riot post Kevin Dubrow de finales de los 80, y en el retorno al estudio este año de King Kobra.
Y Javier Vargas ha tocado con medio mundo. Este madrileño de ascendencia venezolano-argentina ha colaborado con jefazos como Santana, Glenn Hughes, BB King… Llegó a tocar en sus inicios con Miguel Ríos, y ha liderado a la Vargas Blues Band, donde coincidió con un músico californiano llamado Jeff Espinoza y con Francisco Simón, el mejor guitarra solista de rock&roll, rhythm&blues y blues rock español, lider de la sensacional banda Red House.
El inquieto y prolífico Vargas se ha puesto en el lugar de su ídolo, el histórico Jeff Beck, en una maniobra similar a la que protagonizó Gary Moore en 1994 cuando editó aquel “Around the Next Dream” junto a Jack Bruce y Ginger Baker, la base rítmica de los Cream de Eric Clapton, y ha publicado un disco de versiones de clásicos del rock bajo el nombre Vargas, Bogert & Appice.
Este “Vargas, Bogert & Appice featuring Paul Shortino” transmite la sensación de escuchar a cuatro músicos de procedencias muy distintas –salvo en el caso de Bogert y Appice-, haciendo maravillas mientras revisan a Rod Stewart, a Gary Moore, a AC/DC, a Cheap Trick o a Deep Purple.
Aquí la base rítmica aporta grosor, calidez y mucho, muchísimo oficio, Javier Vargas hace lo que quiere con la guitarra sin necesidad de una sola floritura, no necesita complicadas escalas ni arabescos, pero cada nota sabe a tequila mezclado con cerveza en nuestras gargantas y nuestros estómagos, que por algo hablamos de un tío de la cuerda de los grandes blues rockers tejanos al estilo Stevie Ray Vaughan, y Paul Shortino aporta con su potente voz el enfoque hardrockero necesario a canciones tan alejadas del género como pueden ser ese “Tonight´s the Night” del escocés Rod Stewart, o la extraordinaria “Soul of Love” de Paul Rodgers.
El rock duro más clásico tocado a la antigua usanza pero con el feeling más actual. Sólo les hubiera pedido que a la hora de acercarse al legado de Purple, Gary Moore/Phil Lynott o los hermanos Young hubieran tirado de opciones menos obvias que “Black Night”, “Parisienne Walkways” o “It´s a Long Way to the Top (If you wanna rock and roll)”.


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